Un verdadero packaging ecológico no podía desprender tóxicos, tenía que ser altamente biodegradable, reutilizable, reciclable, natural y sostenible.
«La sostenibilidad es idear un método de trabajo con un recurso sin extinguirlo, un ciclo eterno y renovable»
Con este objetivo muy claro, solo quedaba reunir al equipo de diseñadoras más ECO y buscar los materiales perfectos.
El vidrio es el más seguro para los envases, porque con el tiempo no expulsa sustancias tóxicas y es fácil de higienizar. Conserva muy bien el aroma, vitaminas y principios activos de los productos cosméticos naturales. Queríamos vidrio esmerilado, que protege mejor de la luz.
¿Te has fijado en su grosor? Es importante, ya que contribuye a la autoconservación natural de nuestras fórmulas patentadas.
Tiene más vidas que un gato: Podemos reutilizarlo muuchas veces y reciclarlo infinitamente, pues es el material más aprovechable en estos procesos.
La madera de haya. Con ella hacemos los tapones artesanales, y es tan resistente que los recogemos una vez usados, les hacemos la puesta a punto y los dejamos otra vez como nuevos. ¡Sentir su olor, textura, vetas e imperfecciones es un auténtico placer!
Nuestro famoso fajín de cartón. Recubierto sólo con papel, sin el típico plastificado. Te muestra sin complejos sus intimidades, y lo que ves es el alma de una caja de cartón rústica pero con la chispa divertida de Kun-tu. Sin duda, tiene mucha personalidad y una misión especial: es el paragolpes que necesita el delicado vidrio. Lo de usar plástico burbuja, nada de nada.
¡Toma ya! Logramos tener el packaging más sostenible y original.
Neutralizar la huella de carbono
Cuidamos del planeta y él cuida de nosotr@s. O dicho de otra manera, todos ganamos si protegemos el medio ambiente. En el laboratorio trabajamos con un sistema de gestión responsable, reduciendo al mínimo los residuos y haciendo un uso consciente de los recursos.
Minimizando la huella de carbono contribuimos a mitigar el cambio climático. Y con tu ayuda se puede neutralizar totalmente. ¿Cómo? Recogemos tus envases Kun-tu para convertir en útil lo que normalmente sería una montaña de residuos. Te lo explicamos en el Sistema R3.
Pero son tan bonitos que cuesta desprenderse de ellos ¿Verdad?. Dale rienda suelta a tu imaginación y conviértelos en joyeros, floreros, tapones semilleros, porta-velas…
¡Comparte tus propuestas y pequeñas obras de arte en nuestras RRSS!
¿Te gustan las fotos? Son de Verónica Mulió.
